En los últimos años, la
Sociedad Ecologista Hidalguense ha puesto sobre la mesa de discusión la
necesidad de dar mayor sustentabilidad al desarrollo del estado de Hidalgo.
Estamos convencidos de que el futuro de la entidad se encuentra comprometido de
manera seria por las implicaciones que el Cambio Climático tendrá en la
biodiversidad y disponibilidad de agua para consumo humano y para las
actividades económicas que se desarrollan en la entidad.
Continuamente hemos señalado
el riesgo que se corre de comprometer el futuro ambiental de la entidad si no
se toman las medidas necesarias para frenar la devastación y minimizar los
impactos negativos que la actividad genera al entorno ambiental.
La respuesta en muchos de
los casos ha sido el silencio, cuando no la denostación y la descalificación. Pero
la denostación y la descalificación nunca han sido argumentos válidos y de peso
para dar respuesta a las demandas que los ciudadanos platean a los problemas
más acuciantes de la entidad.
Hemos dicho que el cambio
climático generará en Hidalgo pérdida de bosques templados y húmedos,
tropicalización de otros y desertificación de amplias zonas, fenómeno que se
hoy por hoy puede advertirse en algunas regiones.
La pérdida de suelos es una
realidad en Hidalgo, basta revisar los datos históricos sobre ello, mientras
que en 1989 se reconocía la existencia de solo 22 mil hectáreas de suelos
dañado, sobre todo en la zona del Valle del Mezquital, ahora casi 24 años después
está extensión se supera los 68 mil hectáreas de suelo dañado.
También señalamos que la
disponibilidad de agua se reducirá en las zonas de Pachuca, Tulancingo y Tula,
aun cuando en el caso de la Huasteca este fenómeno se ha presentado con el
secado temporal de ríos.
Además de ello,
reflexionamos sobre el manejo presente de los residuos municipales, señalamos y
demostramos la existencia de tiraderos y rellenos mal manejados y su impacto
negativo en el futuro de la entidad y la salud de los hidalguenses.
Sin embargo, con las
instituciones de gobierno, hemos insistido en la necesidad de que la función pública,
sea entendida desde la gobernanza como una acción encaminada a lograr que como
señala William Guillermo Jiménez en su artículo “El enfoque de políticas
públicas y los estudios sobre gobierno. Propuestas de encuentro”
La gobernanza es un concepto
más amplio que el de gobierno, en la medida en que involucra actores no
estatales. La interdependencia entre organizaciones contribuye a opacar los
límites entre el sector público, el privado y el voluntario.
b) La gobernanza se refiere
también a instituciones, específicamente a un tipo de arreglos institucionales
proclives a la cooperación e interacción social.
c) Incluye la idea de auto
ajuste, tomada tanto de la cibernética como de la concepción de un mercado
autorregulado en un cuadro de relaciones triangulares entre actores públicos de
todos los niveles, actores de la sociedad civil y actores económicos.
d) El paso de una dirección
jerárquica de la sociedad -concepción tradicional de gobierno- hacia estilos de
decisión más horizontales y cooperativos, que se expresan en diversas
estructuras de gobierno, algunas de las cuales son redes de políticas.
e) Los actores en red se
relacionan de modo más cooperativo, lo que implica la negociación y no la
imposición como modo de llegar a acuerdos. Esto no excluye la posibilidad de
conflicto, sino la vocación de intercambiar recursos, conciliar intereses y
lograr compromisos mutuos.
f) La gobernanza implica una
transformación de las estructuras institucionales formales. Las estructuras de
gobernanza gozan de diversos niveles de autonomía respecto del aparato político
administrativo. No obstante, el Estado conserva una capacidad imperfecta e
indirecta para dirigir estas estructuras y, fundamentalmente, las redes.
Necesitamos una
transformación profunda en la visión de gobierno. Replantear la forma en que
planeamos, en que administramos, en que promovemos la inversión, en que
promovemos la utilización de los recursos naturales de la entidad, pero sobre
todo, la forma en que entendemos la construcción de ciudadanía.
Los miembros de la Sociedad
Ecologista Hidalguense, estamos convencidos que estos conceptos, ausentes en la
administración pública, nos permitiriían avanzar en la construcción de un
estado más democrático, incluyente y susutentable.
Los miembros de la Sociedad
Ecologista Hidalguense continuaremos promoviendo acciones de forma no violenta
para frenar el deterioro de la naturaleza. Sin temos señalaremos a los
responsables que por acción u omisión están convirtiendo el estado de Hidalgo
en un basurero estéril y recalentado. Actuamos en aras del interés general
porque lo que está en juego es nuestro futuro y el de las siguientes
generaciones. Nos pararemos y no nos van
a parar. Un ambiente sano para una vida digna.
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