sábado, 26 de diciembre de 2009

Evidencias


Si la pobreza se extinguiera con un solo proyecto, quizá Hidalgo, sería uno de los estado más desarrollados del país, pero no es así, nuestra ubicación en el plano del desarrollo humano nos coloca muy lejos de esta posibilidad. Sin lugar a dudas que cuando de ella hablamos, lo más esperado por todos es que no exista, o que exista de tal manera que permita el acceso al poder y una moderada administración de sus efectos entre la sociedad.
Que otra cosa es sino el manejo, más o menos planeado, la forma en que, en los últimos 25 años, la hemos tratado en el país y en la propia entidad. Hay datos que asustan y dan miedo, por ello quizá se les mantiene lejos de las personas, manipulados y fuera del análisis.
Por ejemplo, Pacula es el municipio número uno en expulsión de personas hacia otras ciudades y al extranjero, ¿la causa? la pobreza, la falta de oportunidades y la incapacidad para construirlas fortaleciendo las economías comunitarias. En segundo lugar se encuentra Tasquillo y en tercer lugar se ubica el municipio de Zimapan.
Las condiciones de atraso se manifiestan ahí, precisamente en las comunidades, esos lugares alejados, dispersos y carentes de las mínimas condiciones para el desarrollo integral de las personas. Los más olvidados y no incluidos en la mayoría de las obras monumentales de la entidad.
Jacala es uno de los municipios en donde los índices de prevalencencia en la mortalidad infantil es muy alto y Nícolas Flores se ubica entre los municipios en los que la viabibilidad del desarrollo humano se encuentra seriamente comprometida.
Las banderas blancas ubicadas en los municipios se han convertido más un estandarte del abandono que un indicador de avance y de progreso.
Desde esta perspectiva, plantear que un proyecto como la refinería bicentenario, impulsará el desarrollo social y el crecimiento económico de Hidalgo, es reducir el tamaño de la entidad a solo unos cuantos muncipios, tres a lo mucho, los que tendrán un fuerte impacto, más ambiental que de desarrollo, por albergar las instalaciones de la planta.
Ahora mismo, carecemos de un inventario que nos permita saber que tenemos y de que manera lo usamos, por ejemplo, el agua, ¿cuánta tenemos? ¿cuál es la calidad de esta? ¿Qué uso es el más conveniente? ¿en que cantidad? vaya, preguntas tan sencillas que aún no pueden ser resueltas en la entidad, sin embargo y a pesar de ello, hay quienes se atreven a asegurar que la cantidad y disponibilidad de agua es la óptima para impulsar el crecimiento demográfico de la entidad, claro a pesar de que en cada uno de las ciudades de Hidalgo con una población superior a los 90 mil habitantes el agua se tandea porque no es suficiente.
¿De qué manera llevaremos el impacto económico de la refinería a toda la entidad? esa es una interrogante que se queda para después, habrá tiempo, quizá, más adelante de dar respuesta.
Hoy la pobreza es un asunto ambiental, no solo social, hoy la pobreza exige una respuesta rápida, eficiente y capaz de revertir los daños que en el entremado social genera. Esperemos que seamos capaces de atender en lugar de callar y volver el rostro hacia otro lado.

viernes, 25 de diciembre de 2009

Pobreza y exclusión en Hidalgo


Hablar de la pobreza es uno de los temas más recurrentes en México, ya sea para negarla o para usarla, la más de las veces, como mecanismo generador de votos. La pobreza se ha convertido en el gran elector mexicano, quien tiene mejor discurso en torno a ella; mejor manera de administrarla y hacer parecer que se combate, es quien se lleva la tajada mayor de votos.
Ahora mismo se inicia en el estado la pelea por la gubernatura, el pretender demostrar quien hace mejor las cosas y como es posible, por ello, hacer a un lado a quienes no sirven o carecen de propuestas en torno a la pobreza.
Propuestas, hoy ser propositivo es mucho mejor que ser ejecutante de acciones en contra de la pobreza.
Pero de algo podemos estar seguros, la pobreza es un agente excluidor y discriminador; quien la padece, más allá del discurso oficial y de la propuesta electoral, se encuentra alejado del disfrute pleno de sus derechos humanos más fundamentales. Se encuentra atrapado en el no poder, en el no tener oportunidad; arrinconado en la palabra demagógica de las oportunidades ofertadas a cambio del voto. Pisoteada la dignidad en el simple discurso de: "si votas por mi..."
En la pobreza no se puede ser libre, porque se carece de oportunidades, porque se carece de las más mínimas condiciones que generen igualdad, que propicien la equidad. Entonces la equidad que se proclama en medio de la pobreza es hueca, hipócrita y demagógica, no importa de donde venga.
En la pobreza los derechos no existen porque quien tiene hambre y no puede saciarla pierde su derecho a la alimentación; porque cuando alguien es pobre y se enferma pierde de manera contundente su derecho a la salud. En la pobreza, la dignidad es el derecho más ultrajado y es el derecho más inherente al ser humano.
Valdría la pena, que en lugar de promover el voto en favor de algún candidato (todos), se pudiera presentar un programa real, eficiente, útil y aplicable en contra de la pobreza.
Somos la primer generación que puede realmente combatir la pobreza, estamos desperdiciando ese tiempo y quizá, la única oportunidad.