miércoles, 5 de agosto de 2015

Verdad y ausencia: El dolor mexicano

Un reportero, una persona que se dedica a informar a la sociedad sobre el cúmulo de sucesos y el impacto que estos generan en ella, es una persona que ejerce un derecho personal y a la vez los derechos comunes de los ciudadanos. Los ciudadanos tenemos derecho a que estos se respeten y se garanticen, en nosotros y en ellos.
La muerte de periodistas y foto reporteros en México nunca podrá acallar el grito de la sociedad en torno a la necesidad de seguridad pública y de respeto a la vida. La muerte de un periodista hace más profundo ese grito, más ensordecedor y más nutrido, Es algo que debería entender aquel que ordena la muerte de un periodista.
El trabajo de reportero, es una de las actividades que enamora mi tiempo y mi vida; aún recuerdo los primeros días y los primeros escritos, las enseñanzas de quienes buscaban que se hablará con claridad y veracidad sobre los hechos acontecidos; fue un tiempo de aprendizaje de principios inquebrantables y búsqueda permanente.
José Walle, me decía cada día, "Para hablar con la verdad, no basta con creer que es la verdad, hay que reconocerla y acariciarla". Eso me hace pensar que la verdad vive aun en los labios acallados de cada periodista asesinado. 
Ser periodista no debe ser una mala decisión. Ser periodista representa la oportunidad de servir a la sociedad y caminar la historia cotidiana de la patria, yo, así lo creo,
Algunos de mis artículos y algunas de mis noticias caminan en pocos medios de México, pero aún lo hacen, y por ello, en nombre de mi propio trabajo vengo a decir basta de muerte y ausencia.
En Veracruz, en San Luis, en Tlaxcala y en Tamaulipas aún hay reminiscencias de ese trabajo que dí por concluido en el estado de Hidalgo. Por ese trabajo me revelo y muestro mi rechazo a la violencia y al asesinato de periodistas en nuestro país.
Dije que un periodista hace valer el derecho de los muchos y un conjunto de derechos. El primero es el derecho a saber. a conocer los eventos que suceden de manera cotidiana en nuestras ciudades; que afectan el desarrollo normal de nuestras vidas. Ese derecho que durante décadas el gobierno federal y los gobiernos locales trataron de callar, de controlar y de limitar en nombre de la democracia y la paz social.
El derecho a saber es una de las más sensibles demandas de la sociedad mexicana y corresponde al gobierno poder garantizar que todos y todas podamos disfrutarlo de manera clara y certera.
El segundo tiene que ver con la transparencia. Aquí vale la pena preguntar ¿Por qué el gobierno tolera el asesinato? ¿De qué le sirve un periodista muerto? argumente lo que argumente, si no es capaz de detener el asesinato de alguien, se convierte en cómplice de aquellos que asesinan, secuestran y trafican personas o drogas.
El tercer derecho y el más importante es el derecho al atrabajo y a la vida. Un periodista muerto es alguien que representaba la oportunidad de la verdad en México y un obstáculo a alguien con una minucia de poder.
Verdad es lo que reclamamos los mexicanos frente a una administración incapaz de detener la ola de violencia, el aumento en los índices de pobreza, exclusión y abandono. Ausencia es lo que vemos en los rostros de quienes gobiernan; ausencia y anhelo de que la gente olvide. Esta vez no sucederá, pueden estar seguros.
Seguro estoy, que la verdad no muere en el silencio de una voz; seguro estoy que la verdad sigue siendo verdad a mitad de la tortura y el dolor; seguro quedo de que un gobierno incapaz de proteger el derecho de la sociedad a estar informada, es un gobierno que muere un poco en la vida perdida de un periodista, Seguro estoy.