miércoles, 7 de julio de 2010

Lugar común

Otro periodista es asesinado en México, ahora en Michoacán, el periodista Hugo Olivera Cartas fue ejecutado la madrugada de este martes en la Tierra Caliente de Michoacán. El asesinato se perpetró a solo cuatro horas de que un grupo de desconocidos allanó las oficinas del comunicador para sustraer documentos.

Uno más en este país donde los gobernantes aseguran que hay libertad de expresión, de informar, de decir y disentir de los dicho por otros y que el estado garantizará este derecho y este ejercicio, de tal manera que no se vea perturbado y atropellado. Garantía que por supuesto es incapaz de cumplir.

La declaración del gobierno mexicano de garantizar la seguridad y el libre ejercicio de los periodistas se ha convertido en un lugar común, en un discurso carente de sentido, de responsabilidad en su cumplimiento

Es un lugar común asegurar que por el hecho de escribir y publicar algo existe la libertad de opinión, lugar común y eufemismo si por hacerlo se pone en riesgo la vida como sucede en México.

Lugar común si se vuelve un instrumento de la autoridad para descalificar las aseveraciones de los riesgos que existen en México en el ejercicio del periodismo, riesgo que se ve plásticamente mostrado en el asesinato de seis periodistas en lo que va el año de 2010.

Lugar común es, también, la aseveración de que no habrá impunidad en torno a los asesinatos de periodistas mexicanos cuando el 100 por ciento de estos se encuentran sin resolver y sin pistas de quienes los ejecutaron.

Lugar común es el discurso que se refiere a que estos asesinatos han sido cometidos por el crimen organizado, cuando se ha sido incompetente para demostrar que así es, pero sobre todo, para capturar, llevar ante la justicia y condenar a los responsables de estos asesinatos.

Lugar común, es ese espacio en el que algunas autoridades se mueven con la confianza y la comodidad que el desgano y la apatía dan mejor resultado que el compromiso y la búsqueda de justicia.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) afirmó que el homicidio confirma que la libertad de expresión en México se desenvuelve en una de las crisis más dolorosas de los últimos tiempos, aseveración que a la larga, se convierte en un lugar tan común como la reiterada condena de los asesinatos de periodistas.

Esta aseveración parte de que en solo 10 años en un país como México, han muerto asesinados o ejecutados 63 periodistas, de los que aún se espera que haya justicia. Es tiempo de que la libertad de expresión y la garantía que el estado mexicano debe otorgar para su ejercicio salga de ese lugar tan común que es el abandono, la apatía y la vulgaridad gubernamental