Si alguien nos dice: "el puente nos costo 2 millones 264 mil pesos y ayudará a agilizar el tráfico en esta parte de la ciudad y tendrá un impacto regional mayúsculo, toda vez que la distribución de los productos será más eficiente"; uno de seguro piensa que se encuentra frente al argumento de alguien que sabe la magnitud del crecimiento económico de la entidad. Y quizá más de alguno lo cree.
Sin embargo, el 60% por ciento del producto interno bruto de la entidad se concentra en las ciudades de Tula y Pachuca; del que 47.6% es la aportación del municipio de Tula. Casi el 50%.
Pero, ¿Y los otros 82 municipios? ¿cuál es el nivel de aportación al PIB de Hidalgo? porque Hidalgo se compone de 84 municipios, por lo que entre los 82 municipios restantes aportan al PIB de la entidad un 40% a razón de más o menos 0.487%, lo que de ser cierto debería de alertar a cualquier gobierno, sobre los riesgos que una economía fincada en solo dos polos ofrece para la viabilidad de la entidad como tal.
Esto sin lugar a dudas que choca con el discurso sobre la erradicación de la pobreza de la entidad, toda vez que para erradicar la pobreza hace falta la construcción de oportunidades, la apertura de nuevos espacios de interlocución entre los cudadanos y el gobierno.
En Hidalgo más de la mitad de los municipios de la entidad se encuentran incapacitados para desarrollar por si solos actividades en torno a la salud, la educación, la alimentación, la generación de empleos y el impulso decidido al desarrollo de las comunidades. En Hidalgo, ni siquiera se puede pensar en que al interior de las comunidades puede darse una intenso crecimiento económico a partir de la construcción de inversiones de corte comunitario.
Preocupa que dos municipios aporten más de la mitad del PIB y el resto abone cifras de pobreza y atraso.
Preocupa más que frente a la indiscutible realidad de la pobreza y el atraso en Hidalgo, solo se utilice el abandono como mejor manera de atención.
