martes, 5 de enero de 2016

Evaluación, derechos humanos y estado de derecho

En México existen dos ámbitos de la educación: El público y el privado, su coexistencia se basa, principalmente, en la supuesta incapacidad del Estado mexicano para lograr la cobertura universal de la enseñanza básica; sin embargo con el paso del tiempo se extendió hasta la educación superior.
La educación privada ha ido desde el Preescolar hasta los Posgrados, imprimiendo una visión empresarial y ganando un peso político inusitado en la toma de decisiones e influencia en la construcción de nuevos modelos educativos.
En la actualidad, su influencia en el desarrollo de políticas públicas educativas en México es innegable y marca derroteros, aun a pesar de la constante crítica al campo público educativo al que señala de corrupto e inestable y como culpable del atraso económico del país.
Por otro lado, la reforma educativa impulsada por el presidente de la República, está enfocada a construir puntos de quiebre del sistema público, eso y a pesar de las constantes declaraciones del Secretario del ramo en sentido contrario.
El despido de maestros por no aprobar la evaluación educativa, el constante acoso a los organismos sindicales pro gubernamentales y opositores, la ausencia real de preparación pre evaluatoria encaminada a que el maestro se desarrolle profesionalmente, hablan de un intento de adelgazamiento del aparato educativo en favor del sistema privado.
Al ser considerado incompetente para estar frente a grupo, el maestro es despedido y separado del sistema educativo público; este hecho sin embargo, lo deja en condiciones de emplearse en el sistema educativo privado, lo que a la larga se traduce en un fortalecimiento, diría la Secretaría de Educación Pública, indirecto de este sistema frente al debilitamiento del otro.
México, carece de acceso universal a la educación básica, a pesar de ello, ha fustigado de manera constante al sistema de Escuelas Normales del país, pero no ha construido un proceso para su fortalecimiento y enriquecimiento profesional. Ahí también se observa la decisión de adelgazar el sistema educativo público, siempre en favor del sistema privado.
Es tiempo de mirar críticamente el discurso del Presidente y su Secretario de educación, revisarlo no desde el supuesto “hartazgo social” de la corrupción de los sindicatos. Que al final es un discurso promovido desde el gobierno. Es necesario que la discusión se centre en los derechos humanos; el derecho humano a la educación gratuita y obligatoria, realmente gratuita y obligatoria con cobertura universal y acceso equitativo; el derecho humano a estar en un sindicato, el derecho humano al trabajo.
Este campo es abordado sesgadamente por el gobierno, tomando el derecho de los niños a la educación como escudo. Literalmente como escudo humano, como mecanismo para evitar ser atacado, criticado, evidenciado.
Y usando ese escudo humano, el derecho a la educación, violenta a los maestros y los embiste con toda la fuerza del estado al enviar a policías federales a vigilar la aplicación de la evaluación, dentro del marco constitucional vigente.
Pero el marco constitucional vigente vela por el respeto a los derechos humanos como eje fundamental del estado de derecho, eso implica que no puede existir un estado de derecho por encima de los derechos humanos, lo que coloca al estado mexicano en peligroso resquicio del totalitarismo y la opresión.

Entonces, las preguntas son: ¿Quién es el beneficiario real de la reforma educativa? ¿La escuela pública o los nacientes consorcios educativos surgidos a partir de la Reforma?

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